No tuve la infancia del niño del metro
sudando
con los ojos abiertos
y ahogado al nivel de las caderas
Corrí para llegar a casa
y tomé
para llegar en línea directa
la ruta Perimetral
Cobraba
-hace tanto-
siete pesos el taxi
siete pesos el taxi
que los sábados nos llevaba, bien vestidos
a San Manuel, por Río Papagayo
Papá compró un vocho color naranja
de tono óxido
donde cabían cinco
y subíamos seis
-la
familia-
más los invitados
y al salir, la gente contaba
del uno al ocho
o al nueve, o al diez
Esa señora se mueve
y aplasta al niño
que responde con gestos
“Ya vamos a salir”
lo calman
Cuando se abren las puertas
del tren anaranjado
¿Cuántas personas salen?
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