El viaje inicia -podemos decir que inicia, que el acto lo determina, que lo colorea- con un beso
uno de despedida -o de bienvenida, según se quiera-.
Ella se despide, pero recula.
Vuelve con pasos cortos
acerca su boca
y así, se queda.
Recula y se queda.
Es decir, se vuelve acompañante
del viaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario